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March 28, 2013

Fashion Beast # 6 - Moore, Johnston & Percio


I could read an entire book of Alan Moore’s interviews. The man is a genius and, unlike some arrogant pseudo-intellectuals of our time, he always knows how to communicate his ideas in the best possible manner. I have read his opinions about hundreds of different subjects and I have read them with nothing but admiration and respect. 
Great composition / gran composición
Doll

In the sixth installment of Fashion Beast, the voice of the British writer resonates deep within the confines of the page. When Celestine talks with Doll he synthetizes the origin of fashion. He describes crabs that were revered in Japan due to some strange drawings they seemed to have in their shells; or moths that have wings with owl’s eyes painted in them. It’s because of these evolutionary details that those species survived. Here, external beauty is a survival tactic. However, is the hairless ape –we human beings– who invents fashion. And instead of evolving we go in the opposite direction. Because our bodies are hairless we take the fur from other mammals, because our hands are delicate we take the skin of other animals to wear them as gloves, because we do not have feathers we take them from the birds to use them as adornments.

Celestine tells Doll what should be the ultimate goal of the fashion industry in this world: “I hear from the furthest war zones that empty suits guided by computer are re-colonizing the irradiated territories for us, and I look forward most eagerly to a sublime and immaculate future of clothing unhindered by people”. Sounds like a nightmarish scenario but at the same time it makes perfect sense in this alternate future in which Celestine’s spring collection is more important than the threat of nuclear winter. The horror and at the same time the disturbing notion of a world full of lifeless mannequins wandering around in perfect attires is, indeed, a brilliant concept that only someone like Moore could come up with.
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another one of my drawings / otro de mis dibujos

Podría leerme un libro entero de entrevistas a Alan Moore. El hombre es un genio y, a diferencia de algunos arrogantes pseudo-intelectuales de nuestro tiempo, él siempre sabe cómo comunicar sus ideas de la mejor manera posible. He leído sus opiniones sobre cientos de temas diferentes y las he leído siempre con gran admiración y respeto.

En la sexta entrega de "Fashion Beast", la voz del escritor británico resuena con profundidad en los confines de la página. Cuando Celestine habla con Doll, sintetiza el origen de la moda. Describe a los escarabajos que fueron reverenciados en Japón a causa de algunos extraños dibujos que parecían tener en sus caparazones; o las polillas que tienen alas con los ojos de un búho pintados en ellas. Es a causa de estos detalles evolutivos que esas especies sobrevivieron. Aquí, la belleza externa es una táctica de supervivencia. Sin embargo, es el simio lampiño -nosotros los seres humanos- el que inventa la moda. Y en vez de evolucionar vamos en la dirección opuesta. Como nuestros cuerpos no tienen pelo tomamos el pelaje de otros mamíferos, como nuestras manos son delicadas tomamos la piel de otros animales y la usamos como guantes, como no tenemos plumas tomamos las de las aves y las usamos como adornos.

Celestine le confiesa a Doll cuál debería ser la meta final de la industria de la moda en este mundo: "He oído desde las más lejanas zonas de guerra que trajes vacíos guiados por computadora están re-colonizando los territorios irradiados, y espero con grandes ansias un futuro sublime e inmaculado para la ropa, sin la carga de la gente". Suena como un escenario pesadillesco pero al mismo tiempo guarda perfecta coherencia con este futuro alternativo en el que la colección de primavera de Celestine es más importante que la amenaza de un invierno nuclear. El horror y al mismo tiempo la perturbadora noción de un mundo lleno de maniquíes sin vida que vagan errantes con perfectos vestidos es, de hecho, un concepto brillante que sólo alguien como Moore podría inventar.